A la mayoría de nosotros nos pasa, nos referimos a la ilusión que nos hace ponernos frente a nuestro nuevo dispositivo, ya sea ordenador de sobremesa, portátil, tableta o teléfono inteligente. Arrancarlo por primera vez y empezar a trabajar con los mismos es casi un ritual para muchos, sin embargo esto es algo que en ocasiones y sin quererlo, puede convertirse en una pesadilla, o al menos una decepción.
Es aquí donde entra precisamente en juego el apartado sobre el que os vamos a hablar en estas líneas, hablamos de ese tipo concreto de software que habitualmente es conocido como bloatware. Pero ¿qué es esto en realidad? Pues bien, cuando arrancamos el equipo por primera vez, vemos un conjunto de aplicaciones que de serie ya vienen preinstaladas en los nuevos sistemas que hemos adquirido, algunas de ellas básicas para el trabajo diario con el dispositivo e incluso esenciales para su correcto funcionamiento, mientras que otras son completamente inútiles; estas últimas son en realidad a lo que se le suele llamar bloatware.

           
               
                   
               
           
           
               
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Y es que la mayoría de las firmas y fabricantes que nos venden sus productos, posiblemente con toda la buena intención, al menos en la mayoría de los casos, procuran que la experiencia de usuario con estos sea lo más rápida, eficaz y sencilla posible. Es por ello que nos proporcionan ese conjunto de herramientas que, en su mayoría, bien no nos interesan para nada, su utilidad es mínima, o sencillamente no hacen más que ocupar espacio y consumir recursos del sistema.
El bloatware puede ser en ocasiones muy pejudicial
Entonces nos encontramos ante el inconveniente de que en su mayoría son bastante complicadas de desinstalar, por lo que muchos usuarios algo más experimentados, lo primero que hacen llegado el caso, es formatear el equipo y empezar de cero. De hecho nos podemos encontrar con que, preinstaladas en el propio sistema operativo del producto que acabamos de comprar, hay ciertas herramientas de seguridad que, por experiencia, es imposible eliminarlas sin dañar el propio software base.


Es más, en ocasiones algunos proveedores tiene acuerdos internos con diversas empresa de software para implementar sus soluciones de fábrica, las quiera el cliente o no. Soluciones que en la mayoría de los casos no necesitamos ni queremos, ocupan un espacio considerable en el disco duro y, lo peor de todo, es que están configuradas para ejecutarse en el inicio, por lo que están constantemente consumiendo recursos de manera innecesaria. Y es que claro, a veces no es una ni dos aplicaciones de este tipo, sino hasta 4 o 5 las que tenemos ahí cargadas en segundo plano por si, desde el punto de vista del distribuidor de turno, las necesitamos algún día, todo ello sin haberlas solicitado, claro está.
Es por todo ello por lo que el bloatware es un tipo de software que multitud de firmas y empresas ya intentan controlar al máximo, ya que este puede incluso restar credibilidad o manchar la imagen de algunas marcas.
El artículo ¿Qué es el bloatware y cómo puede afectar a nuestros equipos? se publicó en SoftZone.